Probablemente su nombre se deba a que éstas tierras en el periodo colonial estuvieron en disputa, la cual se sostuvo con uno de los caciques locales una familia de apellido León cuyo objetivo fue por la posesión de éstas (quizá por la abundancia de agua que ha existido en el lugar). Aunque bien es sabido entre locales y gente de la ciudad que había quienes creían en la presencia de los felinos en la zona (que por supuesto nunca los hubo), ó por la fauna que se ocultaba en sus cuevas. Si bien este hermoso bosque servía de paso entre la Ciudad de México y la cercana ciudad de Toluca, la orden de los carmelitas descalzos habrían de elegir tierras de este sitio para entonces poder levantar uno de sus conventos de su Orden, que sirviera de retiro y meditación cristiana, y por la tranquilidad, lejanía del bullicio humano y paz observada se le llamó a toda le extensíon del bosque "Desierto", como a todas las fundaciones que establecían fuera de las ciudades (como ejemplos esta el Santo Desierto del Carmen, que también es parque nacional, en el Estado de México) en las que podían llevar a cabo la meditación y cumplimiento de sus votos.
La orden religiosa tendría que abandonar su recinto conventual recién empezada la guerra de Independencia, cediendo al entonces gobierno de la capital virreinal aparte de ésta construcción, las demás posesiones cercanas para que fueran instalados cuarteles militares, cuyo uso se dio hasta entrado el Siglo XIX, a pesar de que algunas veces el lugar quedó en el abandono a merced de servir como guarida de bandidos y ladrones, e incluso se instaló una fabrica secreta dedicada a la fabricación de moneda falsa.
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